Las infrastructuras de abastecimiento y evacuación de agua han sido tradicionalmente públicas y normalmente municipales. En las últimas décadas, por presión comercial, corrupción o debilidad financiera de los municipios, ha habido una tendencia a la privatización de los servicios, que a menudo iba de la mano con la privatización de las infrastructuras. Las del agua son infrastructuras que generan un monopolio natural. A cada punto de suministro llega una sola toma y un solo desague y no tiene sentido duplicarlo.