
Logo de la cooperativa QuèViure
El objetivo de QuèViure, es agregar la demanda de las entidades de consumo agroecológico y socialmente sostenible para ser más eficientes pero evitando los abusos de la gran distribución. Veamos cómo funciona.
En qué consiste
Se creó en 2013 en Barcelona, con sede en Hospitalet. Su nombre es una juego de palabras en catalán que mezcla queviure (víveres) y què viure (qué vivir). Se trata de una cooperativa de segundo grado, sin ánimo de lucro, con tres tipos de miembros:
- Las entidades consumidoras (como socias de consumo)
- Las entidades proveedoras de productos (como socias de servicio)
- Las trabajadoras (como socias de trabajo) que se encargan de la gestión y logística
La iniciativa nace de varios grupos de consumo agroecológico de Barcelona y alrededores. Pero también incluye otros tipos de entidades consumidoras como tiendas, supermercados, comedores...
La cooperativa busca proveedoras para cubrir la demanda de las socias, generalmente, producto seco, que aguante en stock. Si la relación con una proveedora fructifica, se le invita a participar más activamente como socia de servicio. De momento, solo unas pocas de la larga lista de proveedoras han dado ese paso.
Universalidad o desastre ecológico y social
Más allá del aspecto práctico, quizás, lo más interesante de esta cooperativa sea que nace de una reflexión crítica sobre el papel del sector agroecológico como motor del cambio económico-social.
Los grupos de consumo son una buena opción personal y demuestran que otra forma de consumir es posible. Pero si se pretende un cambio general del paradigma económico, hay que llegar a la mayoría de la sociedad, y, en ese sentido, los grupos de consumo son testimoniales y no escalan, al menos, de la forma en que han funcionado hasta ahora.
Estamos en un momento en el que la gran distribución ha asumido las etiquetas eco o fair trade orientadas a un público gourmet dispuesto a pagar más por ello que por el producto equivalente. Nuestro mensaje ha llegado a la sociedad y el capitalismo lo hace suyo y lo destroza. Naranjas ECO, traidas del otro hemisferio, hiper-envasadas con plástico y una cadena de valor que se queda, no en el productor, sinó en el intermediario. Es más cómodo, más conveniente, más barato, y, si escojo algo ECO, además apaciguo mi consciencia.
Como dicen Nuria Vega y Ricard Espelt en esta entrevista en La Directa
La palabra “ecológico” solo se refiere al método de producción y quiere decir que no se utilizan herbicidas o pesticidas, y según como tampoco químicos de síntesis como fertilizantes. El movimiento agroecológico tiene una visión mucho más holística y también mira las condiciones sociales de los agricultores, los quilometros que viaja el producto, el embalaje, la integración en el territorio, la biodiversidad...
Los motivos que normalmente se dan para no participar en un grupo de consumo suelen ser:
- Conveniencia: Tener que adaptar el consumo al ciclo de pedidos y a la capacidad del grupo de agregar demanda para hacerlos
- Precios: Demasiado altos para atraer a las clases más populares
- Dedicación: No todo el mundo puede o quiere dedicar tiempo libre a gestionar el grupo de consumo
- Surtido: No todos los productos que se consumen están disponibles en el grupo y, si para algunas cosas tienes que ir al super, ya lo compras todo
Por eso, están surgiendo este tipo de iniciativas que plantean por un lado, la agregación de la demanda para tener surtido y rebajar los costes de distribución: QuèViure, EcoCentral, Biomarket... Por otro lado, la semi-profesionalización minorista como forma más conveniente de llegar a la gente: L'Economat Social de Sants, FoodCoop de l'Eixample, La Magrana Vallesana de Granollers, L'Artiga de Olot... También se replantean fórmulas que juntan la oferta minorista, ya sea físicamente como el futuro centro comercial de la Economía Social en la antigua cárcel La Modelo, o via plataforma virtual como el Mercat Social.
Escala y viabilidad para las productoras
Una proveedora agro-ecológica tiene que llevar pequeñas cantidades de producto a multitud de pequeños grupos de consumo. Es una inversión en tiempo y recursos que sube los costes, y de hecho, se cancelan pedidos que no llegan a un mínimo volumen viable. La tentación en la que acaban cayendo muchas productoras locales cuando se les acaban las fuerzas es vender de golpe todo el producto a la gran distribución o al mercado mayorista (Mercabarna y similares), aunque sea a un precio mucho más bajo.
Por eso, a las productoras les interesa una agregación de demanda como la que propone QuèViure. Llevan todo su producto a QuèViure que agrega los pedidos para cada minorista juntando producto de varios proveedores.
A la izquierda, un reparto directo minorista de productoras a consumidoras (coste NxM) frente a un reparto agregado a la derecha (coste N+M). Es el mismo esquema de la distribución convencional pero sin abusar de la posición de intermediaria.
Puede parecer la misma estrategia que la del actual oligopolio de distribución pero hay una gran diferencia. La distribución convencional, en su posición de oligopolio, extrae sus beneficios bajando precios de compra a los productores y subiendo los precios de venta a minoristas. Esto no pasa con QuèViure porque no tiene ánimo de lucro y está participada por productoras y consumidoras que se aseguran de que el margen de distribución sirva para cubrir los costes laborales y operativos reales.
Conveniencia y surtido para las consumidoras
Si pretendemos que los grupos de consumo tengan acceso a más tipos de productos, para recurrir menos a la distribución convencional, tendrían que gestionar más proveedoras distintas.
Para un grupo de consumo, gestionar una proveedora implica, primero una búsqueda según los criterios éticos del grupo, y una vez establecida la relación, gestionar los pedidos, recepcionarlos, revisarlos, pagarlos... Tareas que recaen en las personas del grupo de forma más o menos solidaria.
QuéViure, a parte de agregar varios proveedores en uno, se encarga también de esa búsqueda transparente de proveedores éticos, que a su vez se ve realimentada por todas sus socias de consumo, que hacen propuestas, aportan datos, retornan opiniones...
En en lado del consumo, tampoco hay que menospreciar el factor precio necesario para atraer a las clases populares, principales usuarias de las grandes superficies. La agroecología es una opción militante, pero mucha gente no se la puede permitir. Poder reducir los costes de distribución para competir con la gran distribución es también un paso en esa dirección.
Para ampliar información sobre el tema
- Opcions: Entrevista a Diana Amigò (QuèViure/Economat Social) y Alejandro Guzman (Ecocentral)
- Opcions: La receta de los supermercados cooperativos
- Directa: Entrevista Nuria Vega y Ricard Espelt
- El Punt Avui: El primer supermercat agroecològic cooperatiu d'Olot
Apéndice: Lista de entidades socias
Participan cooperativas de consumo agroecológico como:
- El Llevat (Nou Barris, Barcelona)
- El rec (Congrés, Barcelona)
- 30 panxes (Sagrera, Barcelona)
- El Cabàs (Santa Coloma de Gramanet)
- El Borró (Sant Andreu, Barcelona)
No sólo grupos de consumo, también, tiendas, restaurantes, cocinas...
- L'Economat Social (Supermercado cooperativo de Sants, Barcelona)
- Fleca L'Aresta (Panaderia cooperativa, Santa Coloma de Queralt)
- Menjador Ca La Rosa (Cooperativa de cocina agroecológica, menús escolares, catering...)
- El Rodal (Tienda cooperativa, Sabadells)
- Espai Orgànic (Tienda cooperativa agroecológica, Gavá)
A dia de hoy, solo hay una proveedora socia:
- L'Olivera Cooperativa productora d'oli i vi
Y algunas socias colaboradoras que participan para promocionar la iniciativa:
- Fundació Roca i Galés (Promueve el estudio y la difusión del cooperativismo)
- Opcions (Promueve y facilita el consumo consciente)